Conociéndome a mi mismo...
He despertado en la mañana. Así la siento hoy, fría, reservada, como el sonido del viento en un lugar desolado. Hoy me escucho más que otras mañanas, interviene como el zumbido de violines tocando desafinados, incomodante, poco comprensible, sin tonada. Ese es mi pensar, como si me desconociera. El tiempo ha continuado su rumbo incontrolable, se supone que es el medio día, pero me siento, miro por la ventana y lo veo igual que en la mañana. Continúo escuchando el sonido del viento, lejano, como en un lugar desolado. Mi casa luce igual, fría, reservada, busco el color de los muros y veo todo igual, el zumbido en mi oído de violines desafinados no ha desaparecido. Me hace cuestionarme ¿me desconozco?
Por las
horas que llevo despierto he asumido que ha llegado la tarde. El estómago ruge
pero el paladar no se anima a un bocado, solo a café, como si algo dentro de mí
no quisiera descansar. Vuelvo a sentarme en la ventana y no veo cambio en el
exterior, el ruido del viento como en un lugar desolado lo sigo escuchando, los
violines han vuelto a intervenir, desafinadamente, se siente como si esta
guerra de ruidos me quisiera enviar un mensaje, pero es que no entiendo.
Observo los muros y es el mismo color, el olfato no identifica algo nuevo.
Ya no hay
sol en el afuera. Enciendo una vela para sentir su calor. Mientras tanto,
observo el fuego en la vela, el mismo ilumina un poco, lo cual me hace cuestionarme
¿hay luz o hay oscuridad? Fue como que algo se sintiera distinto dentro de mí,
se despertó una inquietud con esa pregunta, como una curiosidad inmediata, me pregunté
una y otra vez: ¿hay luz o hay oscuridad? ¿hay luz o hay oscuridad? ¿hay luz o hay oscuridad? ¿hay luz o hay
oscuridad? ¿hay luz o hay oscuridad? ¿hay luz o hay oscuridad? ¿hay luz o hay
oscuridad? ¿hay luz o hay oscuridad?
¿hay luz o hay oscuridad? ¿hay luz o hay oscuridad? ¿hay luz o hay oscuridad? ¿hay luz o hay
oscuridad? ¿hay luz o hay oscuridad?
¿hay luz o hay oscuridad? ¿hay luz o hay oscuridad? ¿hay luz o hay oscuridad?
¿hay luz o hay oscuridad? ¿hay luz o hay
oscuridad? ¿hay luz o hay oscuridad? ¿hay luz o hay oscuridad? Hasta que me
detuve.
Ya no escuchaba los violines
desafinados. Los muros los veo blancos, el viento continúa, al igual que el
tiempo no para. He entendido que no me sentiré igual todos los días, todas las
horas y en todos los momentos. Descubrí que la inquietud me lleva a buscar como
calmarla, que mis sentimientos varían y no dejo de ser el mismo. Sonrió por
darme cuenta que soy igual que otros, que ahora los entiendo cuando dicen que
se siente extraños. Aprendo que aunque no mire el reloj las horas pasan y soy
yo quien tiene la noción de detener el tiempo. Note, que mientras miraba por la
ventana había movimiento, que era yo quien decidía ver lo mismo sin fijarme en
aquello otro que sucedía. Hallé que en los días, puede haber luz y oscuridad,
que ambas me llevan a vivir, que forman parte de mí, que tengo rarezas como
otros y que si hay luz o hay oscuridad dependerá de cómo me sienta, mire y
entienda mi interior. Tal vez el aforismo griego “conócete a ti mismo” sea mi
herramienta puesta en práctica el día de hoy. Mi corazón palpita, mi cerebro
piensa y mi piel siente y ahora con todo esto, me siento más capaz de continuar
transitando por esto que llamamos vida.